Me llamo Johnatan y tengo
12 años, nací el 15 de mayo de 2002, soy el mayor de mis tres
hermanos, mi hermano se llama Manuel tiene 8 años y mi hermana
Yolanda tiene 10 años.
Nací en pueblo de
Murcia, la Majada porque mis padres estaban allí de viaje, pero
actualmente vivimos en el conocido asentamiento del Vacie. Mi padre
se llama Manuel tiene 37 años, ahora mismo se encuentra en prisión
por contrabando de drogas y asaltos en farmacias, mi madre se llama
Lorena tiene 34 años es adicta y consume muchas drogas como la maria
o el jachis, mis hermanos y yo hemos padecido de la enfermedad del
síndrome de abstinencia, pero gracias a la pequeña ayuda que
recibimos de los médico de la seguridad social ya estamos bien.
Mi día a día es muy
duro, tengo que estar pendiente de mi madre para que no consuma,
quiero que lo deje ya, ya que sino pronto podrá morir y además
tengo que encargarme de mis hermanos.Estoy cansado ya de tener
siempre las mismas responsabilidades y sin recibir ni la mas mínima
ayuda de nadie, mi familia me necesita lo sé pero yo necesito
liberarme un poco tan solo soy un niño de 12 años que quiere
disfrutar, jugando con sus amigos y pasarlo bien, por eso decidí
marcharme durante unos días y cuando volviera ver como a progresado
mi familia sin mi.
Primero me dirigí a la
cárcel a visitar a mi padre y contarle que durante unos días no iba
a permanecer junto a mi madre y a mis hermanos. Cuando termine la
visita con mi padre me fui a conocer aquello que llamaban el centro
donde se encontraban todos los monumentos mas preciados de los
antiguos y que por mis circunstancias familiares yo hasta ese día no
pude ver. Me encantó cuando vi aquella torre alta y que en lo mas
alto de ella había un giraldillo, desde luego la curiosidad que
había en mi me ayudo a subir a conocer lo que había en los mas alto
y que cuáles eran las vistas. Cuando me dirigí hacia la entrada
descubrí que se encontraba dentro de otro maravilloso monumento, la
pena es que yo no entendía nada. No puedo estudiar, mis situación
familiar me lo impide. Descubrí que había carteles al lado de cada
monumento y me dispuse a leerlos, pero no me acordaba que yo no se
leer, que tampoco puedo aprender a leer porque no puedo ir a la
escuela. Tan solo me acercaba a ellos para observarlos hasta que me
topé con la entrada de aquel fantástico y apreciado monumento al
que llamaban Giralda. Subí hasta el final, las 34 rampas que tiene,
llegue un poco cansado pero cuando descubrí las maravillosas vistas
que tenía. Cualquier esfuerzo era poco, me di cuenta como desde
tanta altura se podía observar todo nuestra ciudad de Sevilla
aquella que por ahora yo no conozco del todo. Me encantaron esas
vistas pero era la hora de comer y yo tenia hambre así que una
pareja de ancianos que conocí bajando de la giralda les conté cual
era mi situación y fueron tan amables de invitarme a comer. Comimos
en un bar, aquello para mi era un restaurante de 1 categoría,
aquellos a los que solo van la gente de clase alta, te lo servían
todo por delante y además de todo te daban diferentes especialidades
y clases de comida para elegir a tu gusto o preferencia, aquello fue
magnifico. Terminamos de comer y ahora como todo el mundo es la hora
de echarse a dormir mientras ves un rato la televisión. La anciana
se llamaba María y él Pedro, son gente encantadora y mas tarde me
invitaron a pasar ese rato de siesta con ellos ya que no tenia donde
ir y hacia mucho frío en la calle. Pase toda la tarde con ellos y
luego jugamos juntos a varios juegos de mesas, todo es fantástico.
En todo ese tiempo me estuve acordando de mi familia y sabia que no
podía dejarlos solo durante mucho tiempo ya que ellos son lo único
que tengo en esta vida, así que muy agradecido me despedí de María
y Pedro y marche a mi casa.
Durante todo el camino
estuve reflexionando de como tenia que reaccionar si cuando llegase a
casa todo esta peor de lo que lo deje o mejor, de la de cosas y gente
que había conocido en tan solo un día y durante unas horas, ya
tenía algo que poder enseñarles a mis hermanos.
Regrese a casa, a la misma y pesada rutina, pero siempre hay que ser
positivo es lo que tengo y tengo que valorarlo sea bueno o malo.
Dentro de lo cabe todo parecía estar con total normalidad.
Les conté a mi madre y
mis hermanos donde había estado y que había estado haciendo en todo
el tiempo que no había permanecido en casa junto a ellos. Estuvimos
charlando todos, cenamos juntos y todo como antes. Mandé a mis
hermanos a la cama y mas tarde a mi madre. Cuando todos estaban
acostados me dedique a recoger la casa y limpiarla y me acosté.
Fue un día agotador,
pero me acosté con una sensación extraordinaria como nunca antes me
había pasado, me acosté con esa sensación que te entra cuando
sientes que has aprovechado el día y que has hecho cosas de buen
provecho, que te vas a la cama con esa sonrisa de oreja a oreja que
es hasta contagiosa, sin ninguna duda el mejor día de mi vida.
Al día siguiente me
levanté y me dispuse a preparar el desayuno y las mochilas de mis
hermanos para el colegio. Cuando se fueron mis hermanos al colegio
tuve una brillante idea, me vestí cogí a mi madre y nos fuimos en
busca de trabajo pensé que esa seria la forma mas sencilla de estar
unas horas fuera de casa, conociendo otros sitios y barrio de
Sevilla, así mi madre podía despejarse un poco de tanto enganche.
Buscando y buscando encontramos trabajo en un pequeño supermercado,
mi madre de cajera y yo reponiendo las estanterías. No es de lo
mejor y lo que mas se cobra pero para empezar no estaba nada mal,
cobramos un poco de dinerillo para poder comer pero lo suficiente, no
necesitábamos mas.
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