lunes, 10 de febrero de 2014

COMPLEMENTO DE RÉGIMEN

Un día como otro cualquiera a las doce de la mañana me desperté vi que el día estaba despejado, maravilloso y con el sol reluciendo. No podía permitirme quedarme en casa con el maravilloso día que hacía, así que no me lo pensé y llame a mis amigas para hacernos una ruta en bicicleta. Lo preparamos todo, nos llevamos bocadillos y mucha agua para no perder fuerzas. Enseguida cogimos nuestras bicis y comenzamos nuestra ruta.
Todo iba genial, íbamos todas juntas charlando y sobre todo disfrutando del paisaje, cuando de repente llegamos a un bosque, un bosque repleto de árboles y arbustos. Soltamos las bicis y nos pusimos a investigar. Solo veíamos bichos, arañas y más insectos repugnantes. Ya era la hora de comer así que nos sentamos en un banco que estaba al lado.
Terminamos de comer lo recogimos y todos. Mire la hora ya eran las cuatro y media de la tarde así que nos colgamos las mochilas y cogimos el camino de vuelta a casa. Llegamos a las siete, ya era por la tarde y estaba anocheciendo todas muy contentas por el gran día echado nos marchamos a nuestras casas.

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