domingo, 2 de febrero de 2014

Relato

Como cada mañana me levanto a las 7 h, desayuno y me dispongo a vestirme pero como costumbre para saber lo que me puedo poner, levanto las persianas de mi habitación. Aquella mañana las levante y vi el día tan pagado y lluvioso como nunca lo había visto jamás, me resulto extraño, pero no podía pararme a pensar porque estaba así ya que llegaba tarde al trabajo. Me vestí y me lave, cogí mi material para trabajar, el paraguas y mis botas de agua y me dispuse a salir. Bajando por el ascensor me puse a recordar todas las cosas que tenia que hacer hoy, la mañana de miércoles 28 de Febrero. Salí a la calle no había apenas peatones por los pasos de cebra ni coches circulando por las avenidas, estaban todos los comercios cerrados, me pregunte que estaba pasando si tan solo era una mañana de miércoles cualquiera. Andando hacía mi trabajo encontré un comercio abierto, entre a preguntar el porque no había apenas hoy gente en la calle hablaba un lenguaje extraño y no entendía lo que me decía, así que le di las gracias y me fui hacia mi trabajo, no llegaba a tiempo.
Llegue a mi oficina y no había nadie ni si quiera el portero para abrirme, saque las llaves y abrí yo, pensé que se habría quedado dormido. Entre en mis despacho la secretaria no estaba, se habrá puesto enferma. Me senté y empecé a trabajar. Pasaban las horas y no recibía ni una llamada, ni tan solo una visita del jefe con el que me tenía que reunir hoy. Mire el reloj, vi la hora que era tan solo habían pasado dos horas, me dio por mirar el calendario, esto que estaba pasando ya era muy extraño. Vi la fecha que era miércoles 28 de Febrero, día festivo, el día de Andalucía. Me hecha a reír de lo sucedido, recogí mis cosas y me marche a casa hoy era día de descanso.

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